- Área: 295 m²
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Fotografías:Víctor Benitez
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El diseño de la casa B221 responde a los diversos criterios planteados. La luz, la convivencia, el espacio, la neutralidad, la calidez, la funcionalidad y la privacía. En ella se refleja la pasión por la intimidad, provocando que esta fluya de manera natural hacia el interior y el exterior dando el resultado que a continuación se describe.
Para cubrir las necesidades de este proyecto, primero buscamos el concepto que describe la casa, que en este caso la palabra intimidad es clave, recurriendo al concepto básico de un claustro con su clásico patio central, cerrándose al exterior y volcándose al interior, como directriz de diseño resolveremos tres puntos fundamentales.
Dando respuesta a cada punto les explicamos cómo se resolvió el proyecto; primero el terreno que en este caso es descendente nos llevo a ubicar la zona de recamaras y jardín en la zona más baja del terreno, a nivel de calle se encuentran las zonas sociales; sala, comedor, servicios y en la planta alta se encuentra una sala de televisión integrada a un patio interior con ventana al cielo. Además como propuesta se integra en la quinta fachada un deck de madera IPE cubierta por una velaría.
En segundo término con la orientación definiremos las fachadas, la principal se eleva al oriente como un muro ciego a doble altura perforado por dos rendijas de luz, cubierto en sus dos volúmenes desfasados por materiales naturales, como lo son la cantera y el recinto, conformado una fachada neutra de bajo mantenimiento. Las fachadas internas de la casa son privilegiadas con grandes ventanales orientados al lado sur.
Por último las vistas fueron controladas en cada nivel. En el área de recamaras todo se dirige al jardín, en la sala de estar se hace un disparo al exterior mediante una rendija y el manejo de ventanales abatibles al jardín. En el cuarto de Tv se dirigen las vistas a un patio seco que brinda intimidad, Así mismo la utilización del deck en azotea como área abierta, nos libera la visual de tráfico y de las personas caminando, logrando el contacto con las copas de los arboles del camellón de la calle.